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Cómo diferenciar una perla natural de una artificial

Las perlas son uno de los abalorios más utilizados y conocidos en el mundo de la creación de complementos y manualidades; así como en joyería.

Si bien es cierto que aunque todas se denominen “perlas” por la semejanza que guardan con las perlas originales, no todas lo son. De esta forma podéis encontrar perlas de imitación  fabricadas en plástico o cristal y recubiertas de un barniz imitador del aspecto del nácar que se consigue triturando escamas de peces o conchas, pero están creadas industrialmente.

Si queréis conocer nuestro catálogo de perlas de imitación, las encontraréis AQUÍ.

PERLA 1

En este post, pretendemos daros las claves en las que tenéis que fijaros para diferenciar perlas auténticas y de imitación y que no os den “gato por liebre”, ya que entre unas y otras además de las diferencias físicas, existe una diferencia económica más que evidente.

Empezaremos por saber que una perla natural se crea en el interior de un molusco (sobre todo de los bivalvos), cuando cualquier partícula extraña se cuela en el interior blando del animal y éste la recubre de nácar dando lugar a esferas de tamaños, colores y formas diferentes. Tal y como ya os explicamos en el post dedicado al nácar de hace unos días.

Las perlas auténticas pueden ser naturales o cultivadas. Éstas últimas suponen más del 90% del total de perlas auténticas del mercado, ya que la diferencia entre ambas es la acción o no del hombre en su creación.

Las perlas naturales se conciben de forma accidental como consecuencia del azar de la naturaleza, mientras que las cultivadas, nacen también dentro de un molusco siguiendo el mismo proceso pero, en este caso, el desarrollo se lleva a cabo en granjas perlíferas donde el ser humano intencionadamente coloca el núcleo orgánico o sintético en el interior del bivalvo. Proceso que iniciaron los japoneses a finales de s. XIX, haciendo casi desaparecer la recolección de perlas naturales.

Dicho esto, pasamos a enumerar las diferentes pruebas que realizaremos a cada perla para comprobar si son auténticas.

PERLA 2

1.- La superficie de las perlas auténticas no es lisa. Si las frotamos entre si o bien contra nuestros dientes notaremos fricción, es decir, no se deslizarán fácilmente, además de notar un tacto arenoso e imperfecto que dejará cierto polvo color blanquecino por haberlas frotado.

2.- Las perlas auténticas no son esferas perfectas, totalmente redondas; por tanto si las haces rodar su trayectoria no será lineal sino desequilibrada.

3.- El agujero de las perlas naturales o cultivadas suele ser más afilado mientras que las de imitación lo tienen más redondeado.

PERLA 3

4.- Las perlas auténticas se calientan una vez las llevamos puestas conforme aumente nuestra temperatura corporal mientras que las de imitación conservan una temperatura más constante. Si son de plástico presentan más temperatura que las de cristal que suelen estar más frías pero en ambos casos, la temperatura se mantiene bastante estable.

5.- Las perlas auténticas son más pesadas en comparación con su tamaño. Las perlas de imitación son mucho más ligeras, aún más si son de plástico y el peso será directamente proporcional a su tamaño.

6.- Por último, aconsejamos como prueba inequívoca de autenticidad, examinar las perlas con una lupa o con un microscopio sería lo perfecto porque ahí sí que podemos comprobar las imperfecciones propias de las perlas auténticas.
Y esto ha sido todo. Esperamos, como siempre, que os haya resultado interesante.
Hasta pronto…

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